26 junio 2010

LOS SARRACENOS, MARKETING Y FRACASO.

Sí, esta semana nos cambian el apodo, vamos a dejar de ser “la ROJA”. Seremos los SARRACENOS, por crucificar a un CRISTIANO. JA, JA, JA, JA.


Espero que los agoreros hayan salido escaldados.

Los españoles tenemos muchas virtudes, pero somos muy gilipoyas en general. Sobre todo la prensa deportiva, juegan a Dioses. Ensalzan o crucifican a su libre albedrío.

Desde el principio del mundial, empezaron a polemizar con los porteros, luego con la buenorra de la Carbonero, novia de Casillas. No es de extrañar, cuantos compañeros desearían cepillarse a esos ojos. Lo cierto es que aun no se como tiene el trasero, nunca se lo sacan.

Luego lo intentaron con los traspiés de Suiza. Luego con los delanteros y su falta de puntería siendo la selección que mas ocasiones de gol había generado. Aun así, arremetieron contra el juego de la “selección española”. Luego con las declaraciones de un viejo caduco y siempre amargado, Luis Aragonés. Luego comparando el juego de la selección, de Aragonés y la de Del Bosque, que si Tiki taka si o no.

Que se vayan TODOS A LA MIERDA.

Algún día nos daremos cuenta de que esa pobreza de espíritu, no lleva a ninguna parte. Y ese día, España cambiara.

Parece que nuestra razón de vivir, sea hundir al vecino y pisotear al compañero. Somos incapaces de aprender de nuestras selecciones, baloncesto, futbol, waterpolo, balonmano…, donde el espíritu de apoyo y de lucha prevalece ante el éxito personal, pese a quien pese.

Hoy en día, en cualquier faceta de nuestra vida, deberíamos comprender que los “sabios” son impensables. Los conocimientos han llegado a tal extensión que es imposible conseguir un éxito sin estar rodeado de un buen equipo, con un buen ambiente. La competencia, la superación y la ambición deben pasar por nosotros mismos para ayudar al equipo. Lo importante no es superar al compañero, si no buscar la superación del equipo.

Este es el principal problema de la productividad y uno de los principales defectos de la dirección de las empresas y del Marketing moderno. Algún imbecil frustrado, con conocimientos limitados y reconocimiento general fue el precursor de la competencia destructiva. Cualquier éxito de corto plazo, acabara en fracaso. Se buscan los beneficios rápidos y poco consistentes. GRAN ERROR.

Si no cambiamos estos conceptos estamos condenados al fracaso. Siempre ha sido mi lucha con mis superiores e iguales. Pero, ya se sabe, hay que hacer caso a los listos que han sido incapaces de crear una economía sostenible y que, aun hoy, intentan darnos clases de cómo solucionar, a lo que su ineptitud nos ha llevado, AL FRACASO.

Saludos.

PD: Mientras, esta noche, esta es mi cena: Chiles, almejas chilenas y cervecita, jejeje.