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22 diciembre 2007



LA CENA DE NOCHEBUENA Y EL SGAE

Hola otra vez, aquí estoy de nuevo con mis perlitas. Os preguntareis ¿Qué tendrá que ver la cena de Navidad con el SGAE?.

Pues efectivamente nada. Básicamente que son dos temas que se solapan en el tiempo.

Empecemos por la CENA de NAVIDAD. Es una de las costumbres que cortaría de raíz, al menos, gastronómicamente hablando.

Hace muchos, muchos años, como dicen los cuentos, tenían sentido. Hoy, no.

Antes era la única oportunidad en el año de comer bien y de capricho, hoy en día aunque sea congelado podemos comerlo cualquier día del año. Con el euro, pocas, pero al menos más barato.
Cada vez que hablo del menú que haría yo, “me echan a los perros”. Me oigo, como vamos a hacer eso, que dirán, se quedaran con hambre y un montón de tonterías que algunos de vosotros oiréis todos los años.




Yo argumento, ¿pero el tema no está en reunirse con la familia?, bueno pues parece ser que no.
Además de lo que nos ROBAN con todo descaro con falsas justificaciones. Hay otro tema de fondo, LO QUE SOBRA.

Tres días tres, comiendo sobras. Sin olvidar, que el 60% al menos de lo que se guarda en el frigorífico para mañana, va a la basura. Tres días con el mismo sabor de boca, con los mismos restos de comida tras el cepillado de dientes y con el mismo olor de la “caca”.

Frase típica de Navidad después de comer, “bueno chiquitos, mañana volvéis a comer, ¿no?”
Pensamiento interno, “Joder, te podías haber esperado a la digestión que casi vomito”, al final aparece la madre o la suegra o la anfitriona en cuestión, con un plato con lo que no quiere tirar a la basura, por conciencia, para que te lo lleves a casa para mañana. Y vuelves a pensar, “hala a cargar con el paquetito, total para tirarlo a la basura en mi casa”. Porque claro, lo que no sobra nunca son las gambas sin hacer y si sobran no se reparten, ja, ja, ja.

En fin, que todos nos sentimos muy buenos, solidarios y hasta se nos saltan las lagrimas ante una película babosa y sentimental, pero no pensamos que con lo que nos ahorraríamos en esas comidas pantagruélicas, podríamos pagar una cuota a Médicos sin Fronteras o a otra asociación que ayude a los niños que no tienen un futuro.

Como siempre somos una mentira, y como dice el refrán: “Ande yo caliente…”
Bueno, tal vez estas reflexiones sean culpa de la depre navideña. Pero en cualquier caso y pese al bajón moral de estas fiestas, ¿he contado alguna mentira?

FELIZ NAVIDAD.

P.D. Por cierto, me lo he pensado mejor y a los de la SGAE, que les den por el culo. A ellos, al gobierno y a la mierda de partidos de izquierda que tenemos que se venden al falso soporte ideológico que poseen, los culturetas de mierda que viven del cuento y demás artistillas, que presumen de progres y lo que quieren es pegar el pelotazo, porque en el fondo se sienten superior a los demás. Ellos tienen creatividad y los demás somos mierda. Ya les daré “pal pelo” otro día.

09 diciembre 2007




COMIDAS DE NAVIDAD.

Hola a tod@s de nuevo, ya llega la Navidad, la dulce Navidad. Esa época que a la mayoría nos gusta solo cuando somos pequeños.

Cuando creces se empieza a complicar, ya tienes que pensar en los regalos que tú tienes que hacer y cómo vas a sacar el dinero para pagarlos.

Luego cuando empiezas a trabajar, la cosa se complica. Tu tiempo se reduce hasta tal punto, que se convierte en una odisea el comprar los regalos. Vas cuando puede la mayoría, largas colas, subidas de precios, falta de aparcamiento en las zonas comerciales, se agotan los regalos, en especial los juguetes y tienes que buscarlos…

Ya metidos en fechas te viene el bajón de hacer balance de tu vida, piensas en los que están, en los que no están, lo que hice bien, lo que hice mal… y mil y una reflexiones que nos sumen en una molesta depresión temporal.

Pues a todo esto, hay que añadir algo, las COMIDAS DE NAVIDAD.

Reuniones mayoritariamente insufribles, ya que es la época de la hipocresía en su plenitud.
El otro día me dicen: ¿Cuándo hacemos la comida de Navidad?, le dije y ¿después cenamos?
Tiene narices que la mayoría de las veces, tienes que sentarte en la misma mesa con alguien a quien no tragas ni con vino. Ese “amigo” común que no soportas, pero no puede faltar. Ese compañer@ de trabajo que te esta jodiendo todo el año y ahora con dos copas quiere ser colega tuyo, ese jefe al que hay que reírle las gracias porque paga la fiesta…

Aunque no todo es siempre malo, a veces te sacas un rollito con una o un compañero, que aunque no sea la Carolina Cerezuela o el Brian Vander, te alegra las fiestas.



Aunque realmente todo se relaja después de la cena, cuando algunos empiezan a desaparecer y se van quedando los más afines. Una vez hecha la selección (jefe incluido), te vas de copas con los supervivientes. Pero llegados a este punto, OJO, aun puede aparecer ese compañer@ todo ciego o mamao, que empieza a darte la brasa con los cotilleos del trabajo. Cuando los efluvios del alcohol ya no son suficientes para soportar dicha tortura, coges un TAXI (si lo encuentras) y te vas a tu casa, con la esperanza de que la bebida haya sido la suficiente para que cuando toques la cama te desmayes directamente y a la mañana siguiente no recuerdes nada.

De las comidas familiares no comento nada, suelen ser… no se… en la mayoría de los casos como poco raras.

Pero tranquilos, mientras haya niños, habrá cierto punto de alegría e ilusión por lo que valdrá la pena el soportar estos sufrimientos. Claro está, siempre que no pensemos en esos otros niños que no tendrán nada, ni regalos, ni comidas, ni amor, ni nada de nada.

Bueno me despido con un consejo, “querer a quien queráis durante todo el año y seguir odiando a quien odiéis durante el mismo”

Recordad, ser buenos sino ya sabéis. Yo a esperar el pijama navideño de mi suegra, ya lo estoy anhelando me quita un gasto durante el año y después de 8 años me permite variar o hacer combinaciones varias a la hora de irme a dormir. Esa misma noche lo estreno.

Bueno de NOCHEVIEJA ya hablaremos, je, je, je.

Saludos y hasta dentro de poco.