LA CENA DE NOCHEBUENA Y EL SGAE
Hola otra vez, aquí estoy de nuevo con mis perlitas. Os preguntareis ¿Qué tendrá que ver la cena de Navidad con el SGAE?.
Pues efectivamente nada. Básicamente que son dos temas que se solapan en el tiempo.
Empecemos por la CENA de NAVIDAD. Es una de las costumbres que cortaría de raíz, al menos, gastronómicamente hablando.
Hace muchos, muchos años, como dicen los cuentos, tenían sentido. Hoy, no.
Antes era la única oportunidad en el año de comer bien y de capricho, hoy en día aunque sea congelado podemos comerlo cualquier día del año. Con el euro, pocas, pero al menos más barato.
Cada vez que hablo del menú que haría yo, “me echan a los perros”. Me oigo, como vamos a hacer eso, que dirán, se quedaran con hambre y un montón de tonterías que algunos de vosotros oiréis todos los años.
Yo argumento, ¿pero el tema no está en reunirse con la familia?, bueno pues parece ser que no.
Además de lo que nos ROBAN con todo descaro con falsas justificaciones. Hay otro tema de fondo, LO QUE SOBRA.
Tres días tres, comiendo sobras. Sin olvidar, que el 60% al menos de lo que se guarda en el frigorífico para mañana, va a la basura. Tres días con el mismo sabor de boca, con los mismos restos de comida tras el cepillado de dientes y con el mismo olor de la “caca”.
Frase típica de Navidad después de comer, “bueno chiquitos, mañana volvéis a comer, ¿no?”
Pensamiento interno, “Joder, te podías haber esperado a la digestión que casi vomito”, al final aparece la madre o la suegra o la anfitriona en cuestión, con un plato con lo que no quiere tirar a la basura, por conciencia, para que te lo lleves a casa para mañana. Y vuelves a pensar, “hala a cargar con el paquetito, total para tirarlo a la basura en mi casa”. Porque claro, lo que no sobra nunca son las gambas sin hacer y si sobran no se reparten, ja, ja, ja.
En fin, que todos nos sentimos muy buenos, solidarios y hasta se nos saltan las lagrimas ante una película babosa y sentimental, pero no pensamos que con lo que nos ahorraríamos en esas comidas pantagruélicas, podríamos pagar una cuota a Médicos sin Fronteras o a otra asociación que ayude a los niños que no tienen un futuro.
Como siempre somos una mentira, y como dice el refrán: “Ande yo caliente…”
Bueno, tal vez estas reflexiones sean culpa de la depre navideña. Pero en cualquier caso y pese al bajón moral de estas fiestas, ¿he contado alguna mentira?
FELIZ NAVIDAD.
P.D. Por cierto, me lo he pensado mejor y a los de la SGAE, que les den por el culo. A ellos, al gobierno y a la mierda de partidos de izquierda que tenemos que se venden al falso soporte ideológico que poseen, los culturetas de mierda que viven del cuento y demás artistillas, que presumen de progres y lo que quieren es pegar el pelotazo, porque en el fondo se sienten superior a los demás. Ellos tienen creatividad y los demás somos mierda. Ya les daré “pal pelo” otro día.