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09 febrero 2012

QUIEN VIGILA AL VIGILANTE




Hola a todos, hoy voy a tocar un tema un tanto espinoso. La condena al juez Garzón.

En otras entradas ya he dejado claro que no es un personaje del que sea muy devoto.  No me gusta, ni me ha gustado su afán de protagonismo. Como he dicho en otras ocasiones me parece un mal juez instructor. Varios son los delincuentes que se han visto beneficiados por ello.

Además no me gusta que los jueces se destaquen por su ideología política, la que sea. Sus veredictos deberían ser lo más neutrales  posible,  dado que el futuro de las personas a las que juzgan esta en sus manos. Tampoco me gusta que sean figuras intocables ante la ley.  Muchos de ellos deberían ser investigados, no solo los famosos como es el caso.  Pero en este país tenemos un gran problema, EL  CORPORATIVISMO. Todos los días se dictan sentencias que escapan a la razón y a la decencia, que son imposibles de entender en personas a las que se les supone una capacidad y preparación especial dada la relevancia de sus decisiones en la vida de los demás. Sentencias que salen caras a la sociedad y a los imputados en recursos que deberían ser, por lógicos, innecesarios.

Hoy ha sido dictada la sentencia de “Las escuchas del Caso Gürtel” en la que se le condena a 11 años de inhabilitación. Yo, con los años he aprendido que no debo juzgar a nadie y no lo haré ahora, pero también dije que me parecía gravísimo que se intervengan las conversaciones entre un abogado y su defendido. Es inaceptable, salvo en regímenes dictatoriales. Esto ES ASI Y  ES INCUESTIONABLE.

Solemos fijarnos en casos judiciales extremos y mediáticos que claman justicia donde el acusado debería ingresar en la cárcel sin juicio por la evidencia de sus actos, pero hay muchos en los que no es así y hay que salvaguardar a los ciudadanos su derecho a la defensa y esto está recogido por la ley. Ningún juez y digo ninguno debe saltarse nuestros derechos, mañana tu, yo y todos podemos ser falsamente acusados y entonces clamaremos justicia.

Aquí a Garzón no se le juzga por encausar a líderes políticos, sino por una mera cuestión técnica. Aunque reconozco que si yo o alguno de nosotros hubiésemos sido sometidos a este atropello judicial habríamos sido víctimas del juez que nos tocara en suerte. Por eso es importante que independientemente de los protagonistas se cree jurisprudencia a la que nos podamos acoger en caso de ser víctimas de la soberbia de cualquier togado.

Cuántas veces hemos dicho: “¿Quién vigila al vigilante?”. Sea pues este caso un ejemplo y ojala que cunda el mismo. Esto es progresismo y no lo que intentan vendernos algunos sectores de la sociedad más preocupados de defender sus ideas que nuestros derechos.

Saludos.