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21 abril 2011

CON MI MP3 EN EL WATER


Hoy es Jueves Santo y como han puesto tanto empeño los meteorólogos por fin esta lloviendo.

He decidido entrenarme en casa ya que al no cobrar no me gusta correr bajo la lluvia. Una vez finalizado y con tanto esfuerzo y movimiento ha sucedido lo que tenia que suceder, al baño.

Si, ese sitio generalmente tan solitario y mas en determinada circunstancia en la que lógicamente nadie te quiere acompañar. Lugar donde solo pegas un “polvete” por mujer y solo cuando no lo hayan hecho antes. Es peligroso si el jabón se va bajo la planta de los pies y el shampoo se te mete en los ojos en lo mejor del acto, lo que prometía un final feliz puede acabar en el hospital. 


"Siempre es peor hacerlo sobre la arena, jajaja"

Es aconsejable utilizar pegatinas de patitos y delfines de esas antideslizantes, que mejor no compréis en los chinos, podéis llegar al hospital con un pato en el culo para amenizar el día a los que estén de guardia. Mejor utilizar la bañera a la ducha. 



Aunque creo que si tiene una ventaja para vosotras, debe ser de los pocos sitios donde “juguéis” con un hombre sin los calcetines puestos.



 "Chicos a ver si tenemos mas estilo"

En fin a lo que iba. Como sitio aburrido que es me lleve el Mp3 para escuchar la radio intentando evitar las noticias de futbol. Están muy pesaditos con la copa de Real Madrid y somos muchos los aficionados de otros equipos.



Huyendo, huyendo he caído en “La Ser” y en ese momento estaban con el concurso de microrelatos. Hoy era la final semanal y han leído tres finalistas. Los tres estaban bien pero el tercero, el ganador, me ha gustado especialmente; tal vez por mi carácter.

Su autor Héctor De Paula, aquí os lo pongo. En muy pocas palabras refleja el comportamiento humano en circunstancias muy especiales, donde sacamos lo peor de nosotros mismos. Mi última sensación ha sido entre trágica y cómica, pero muy real.


Todos apretujados en aquel enorme congelador pronto comprendimos que la única manera de sobrevivir sería mancomunadamente. Varios se acercaron a un hombre gordo en procura de abrigo, una mujer de prominencias generosas reclamó su derecho de estar junto al gordo, entonces un petiso planteó que todos tenían el mismo derecho, debe haber alguien que ordene la situación dijo una maestra autoritariamente, yo tengo experiencia en organizaciones dijo un señor de traje, y a usted quién le pidió nada espetó un joven de ojos azules. Un viejito que no había opinado dijo "este frigorífico no funciona", a lo que se oyó decir, "este gordo ocupa mucho lugar".

Menos mal que usamos toallitas húmedas ensimismado en los relatos había pasado mas tiempo del que esperaba y era necesario, jajaja.

Saludos.